Neón.

3 estrellas fugaces


Mr. Whatever
Cargado originalmente por jorgitopop
Gota a gota cae en un verso.
Verso a verso por mi piel.
Piel a piel por mi pasillo,
y en mi pasillo un perro infiel.
Twitter icon

Rey Misterio

4 estrellas fugaces

El misterio de tus ojos
no es misterio para mí
cuando al verte me golpea
lo que un día descubrí
y pasarán tormentas, años y penas
pasarán dos mil versos también
y no existirá consuelo
que borre tu olor de mi piel.
Twitter icon

Llueve en Madriz

0 estrellas fugaces

Un paraguas a dos manos
donde no cabe el dolor
sólo besos y sonrisas
y el recuerdo de tu voz.
Quizás Londres, hoy, mañana,
cuentos con vistas al sol
una terraza de música mojada
donde tus ojos son mi canción.
La lluvia cae en mi cama
empapando mi balcón
aunque estés en Barcelona
te escucho en mi habitación.
Calándonos de miradas
bajo un cielo sin estrellas
cuatro versos mal rimados
y tu recuerdo, Noelia.
Twitter icon

Hazme el amor con palabras

1 estrellas fugaces

Hazme el amor con palabras
que tu lengua sean versos
recorriendo entre mis dedos
nuestro secreto universo
de palabras que se fueron
desgranando por la arena.
Hazme el amor bien lento
sintiéndo cómo te frena.
Hazme el amor con palabras
que tus manos sean aire
soplando entre mi pelo
recuerdos que no son de nadie,
con tus ojos sintiendo el fuego.
Hazme el amor entre bailes.
Hazme el amor con palabras
que tu piel sea mi condena.
Hazme sentir tus galaxias.
Házmelo por vez primera.
Twitter icon

Mí y ti se fueron de paseo

1 estrellas fugaces

A veces te escribo y te leo, a veces me acuerdo de ti
caminando de la mano
tú en la playa y yo en Madriz.
A veces te escribo y te leo, a veces te saco de mí
y otras veces me reencuentro
acordándome de ti.
A veces te escribo y te leo, a veces consigo vivir
recordando con canciones
todo lo que un día fui.
A veces te escribo y te leo, a veces me saben a ti
a un perfume que recuerda
el primer beso que di.
A veces te escribo y te leo, a veces parece mentir
a veces te lloro en silencio,
a veces escribo de ti.
A veces te escribo y te leo, a veces me voy a dormir
diciéndote que te quiero
cuando me haces sonreír.
Twitter icon

Dos

0 estrellas fugaces

Pareces tan lejana que puedo tocarte con mis dedos,
como el humo que se eleva entre círculos al cielo
Ingrávida, como llamas de una hoguera polar,
constante, como la nieve cuando llega Navidad.
Te necesito tanto que a veces olvido que existo
sueño tu nombre, y eso que nunca te he visto.
Cuando aparezcas, tus ojos serán arte para mí
cuando aparezcas y leas todo lo que sin saberte te escribí.
Twitter icon

La niña que soñaba en su ventana del pueblo.

0 estrellas fugaces

Un vestido de alfileres que se clavan al compás
de su cuerpo no te esperes un te quiero, poco más.
Muchos son los cardenales que su alma lleva guardados
ahora espera, que los llantos siempre le son remendados.
Si no quiere, que no quiera, porque querer por querer
es querer buscar la pena, demasiado que perder.
Y si quiere, porque quiera, que querer es despertar
y darte cuenta del sueño que nunca podrás alcanzar.
Golondrinas que en tejados se pusieron a anidar.
Twitter icon

Una treinta y cinco

0 estrellas fugaces

Cuando Max se fue a la cama todo eran monstruos a su alrededor.
Y uno a uno, todos sus sueños se descolgaron, se desamarraron de sus pestañas para colarse en el eterno vacío de un cajón de calcetines. Max quería llorar, pero ya no sabía hacerlo. Quería olvidar pero no era sencillo.
Una vez fue rey. El rey de las cosas salvajes. Vestía piel de lobo y una sonrisa en los labios.
Ahora Max solo quiere dormir. Dormir y dormir hasta que se muera el sol.
Porque, a veces, no queda sitio en un bolsillo para tantas noches de invierno. Y a veces, solo a veces, piensa en escapar de nuevo.
Pero Max ha crecido, ya no tiene sitio en la isla, ya no cabe su cabeza en una capucha de lobo.
Y cierra los ojos, y sueña.
Entonces, los árboles que una vez rodearon su habitación, susurran a su oído una canción olvidada.
Y Max duerme. Y Max sueña.
Soñando poder soñar un sueño que nunca termine.
Twitter icon

Recuerdos que preferiría olvidar si no quiero salir dañado

1 estrellas fugaces

Cada vez que no estás, te miro,
te busco a tu lado, en mí,
tu olor en vaqueros viejos
antes de irme a dormir.
Hace un tiempo que no estás, te sueño
pero sin ti yo no sé soñar
un monstruo se mete en mi cama
y me dice que no volverás.
Cuatro veces te he olvidado y otras tantas para mí
no fuiste más que paloma al aire, escapando de un mundo gris
sin palabras, sin colores, sin te quieros que decir.
Cuatro veces te olvidé, y ahora
no eres nada para mí.
Entre tejados se escapa el humo
del último cigarro a tu lado
las palabras que se inundan
entre cartas de papel mojado.
Aún espero a volver al día
antes de verte alejarte.
A veces, aún respiro.
A veces, me olvido olvidarte.
Y si te encuentro, creo
que no reconoceré
ese brillo de unos ojos
que una noche tanto amé.
El monstruo que duerme en mi almohada
se ha hecho fijo en mi vida
a él le digo que te odio
y te quiero todavía.
Twitter icon

Dos cincuenta y siete

2 estrellas fugaces

De Valdesaguas a San Quintín su nombre todos sabían. La llamaban Madamme Butterfly, cuando sólo era una vieja castañera, todos querían su consejo, ya que decían que nadie como ella conocía mejor el mundo. Algunos la pintaban santificada, otros dibujaban tridentes, mas, Satán o San Tadeo tampoco fue diferente a su manera de ver. Cuando llegué no respondió a saludos, seguía agitando las cenizas, como si la vida se fraguase en aquella pequeña llama que chisporroteaba calentando las castañas.
- ¿Qué quieres saber? - preguntó bruscamente, sin tiempo para atender a protocolos.
- El amor. ¿Moriré solo?
Agarró un candelero y acercándolo a las llamas lo prendió.
- Sujétalo - me dijo, casi con reproche -. ¿Das sombra?
Asentí con la cabeza, confuso.
- Sólo los vivos dan sombra. Y saber que lo estás es un buen comienzo para empezar a vivir. Twitter icon

Hormigas

0 estrellas fugaces

Si se trata de olvidar
me olvidaste y he olvidado
¿Para qué sirve soñar
si jamás serás soñado?
Si se trata de soñar
esta noche te he soñado
¿Para qué sirve bailar
si contigo no he bailado?
Si se trata de bailar
este vals ya se ha bailado
¿Para qué te sirve amar
si jamás serás amado?
Twitter icon

familia de acróbatas con mono

1 estrellas fugaces

Payaso que en vez de reír
hace llorar a los críos,
vestido de cien zurcidos
que en su carpa ven venir
a los pocos desvividos
que les queda por vivir
perdiendo la vida del todo,
comiendo en la mesa del mono
sin nada más que decir,
como un loco desvalido.
Príncipes vendrán a salvarte
y tú no podrás escaparte
si no dejas de creer
en tu sueño anochecer
viviendo sin vivir del arte.
Otros vendrán sin dinero
se comerán el mundo entero
y tú ni lo catarás
pues nunca aceptarás
quedarte sin la mejor parte.
Somos payasos botarates
sentados con un primate
pintado por un Picasso
lejano de aquel ocaso
que se nos viene peor.
Somos suplentes de escena
esperando en la barrera
a que empiece la función,
dejándonos el corazón
bajo una capa de cera.
Toma el timón, no el freno,
sé valiente, compañero
y escribe tu propio guión,
basta de tanto altruísmo,
que aunque lo hagas peor
mejor hacerlo tú mismo
a ser un simple peón,
una rueda de carreta,
creyéndote ser Sansón
y sólo ser su marioneta
Twitter icon

Le Cafe Dadais.

0 estrellas fugaces

Suena Les jours tristes.
El movimiento de una hoja de otoño nos deja frente la cafetería. Le Cafe Dadais. Letras doradas sobre fondo rojo. Algo viejo, como sacado de una película de los cincuenta. Nos acercamos tras el cristal y vemos el reloj de pared. Las ocho de la mañana.
Le Cafe Dadais abre a las ocho de la mañana. Café y bollo, zumo de naranja, tostadas.
El primero en llegar es Greg. Dos vueltas a la llave, silba una canción de un anuncio de televisión mientras comienza a colocar las sillas poner en marcha todo. Tras él, Silvia, española morena. Saluda y sonríe bajo las ojeras, se coloca el delantal y a la par que limpia la barra se prepara un café a escondidas.
Poco a poco todo despierta. Alguién se sienta en la mesa más cercana a la ventana. Ya sabe, de esos tipos con sombrero y gafas que siempre llevan un periódico en la mano. No tiene prisa, no tiene reloj. Silvia se le acerca, con una libreta y bolígrafo, más usado para dibujar su nombre y el de su novio de turno que para tomar pedido. Él habla; café con hielo. No tarda mucho en llevárselo, mientras Greg sale a echarse el primer cigarro del día.
El hombre bebe rápido, y pronto se marcha, dejando una moneda de esas doradas de propina. El reloj da las nueve, y Silvia se sienta tranquilamente a pensar en sus cosas.
Sólo son cinco minutos, pronto empieza a llegar la gente. Silvia busca con la mirada, emocionada, pero no encuentra a aquel rostro conocido. Un par de desayunos más tarde, sus ojos se iluminan al otro lado de la barra.
Un joven con gabardina, pelo castaño, raya a un lado y bien peinado con fijador. Fino bigote sobre el labio y una mueca nerviosa. De nombre, Mignonne.
Mira a todas partes, y sin embargo a ninguna. Se sienta en la barra nervioso, y busca un bolígrafo en su bolsillo.
Silvia le vigila desde el otro lado. No quiere acercarse, pero muere por hacerlo. Mignonne coge una servilleta y escribe algo rápido. Después, guardando su bolígrafo en la gabardina, se marcha echando una frágil mirada a Silvia y la puerta suena tras él.
Antes de que nadie puda tirar aquella improvisada nota, ella corre a recogerla. Una fina sonrisa se forma en sus labios y besa el papel tras leerlo.
Con lágrimas en sus ojos, busca tras la barra un pequeño cuaderno. Un cuaderno lleno de pedacitos de servilletas que Mignonne le había escrito. Vuela a la última de ellas y con mucho brío coloca la servilleta del día.
Y pronto se hace la hora de comer. Mucho trabajo, poco descanso. La tarde tampoco es tranquila. Y a las nueve y media cerraba Le Cafe Dadais.
La última en salir, como siempre, era Silvia. Recoge las mesas, las sillas, y apaga las luces. Dos vueltas a la llave, y sonríe al escuchar los pasos de un hombre.
Un joven con gabardina, Mignonne.
Él intenta hablar, pero ella le corta. Sonriendo, le muestra una servilleta.
El joven la mira, confuso. Finalmente la recoge y la abre.
Sonríe. Se besan.
La servilleta se cae, y vuela unos segundos por el aire. Finalmente, cae en un charco, junto a aquella hoja de otoño que nos había traído a este escenario.
Poco a poco nos acercamos a la servilleta, mientras se va empapando de agua. Finalmente, podemos leerla, y sólo pone dos palabras.
Sí, quiero.
La música se empieza a alejar.
Fundido a negro y títulos de crédito.
Fin. Twitter icon

Tu nombre es humo

0 estrellas fugaces

De todas, de todos, ninguno
que pudiera compararse
caballo gitano, el sol de tu lado
como moro en elefante
que se eleva del astado,
que permanece constante.
Ojos de hielo, piel de azabache
que ninguno se acercara
como un niño desvalido
de la noche de mañana
un recuerdo ya perdido
de una lágrima en tu cara.
Ingrávido te elevas
sobre el cielo, sobre mí
rozando sin rozar mi cuerpo
estando sin estar aquí.
Ingrávido. Sutil.
Dos es uno y a la par,
ninguno es de nadie, quizás
tu nombre se ha perdido
entre sueños de cristal,
constipado de tu olor
a sirenas en el mar.
Pirata. Corsario de fuego,
que se pierde por las olas
cabalgando bajo el cielo
en un cabecero azul.
Como nadie fue ninguno
y ninguno como tú.
Dos pasaron. O doscientos
cigarros en la ventana
donde uno es más de cientos
y no recuerdo tu cara
ni tu nombre, ni tu piel
porque, por muchos que fuesen
nunca serás como él.
Twitter icon

Dos de ocho

1 estrellas fugaces

Castillos en el aire. Castillos de papel que se deshacen con la lluvia caer.
Los días pasaban lentos sin ella, pero cuando sin querer nos cruzábamos entre los escalones del portal, todo merecía la pena.
Nervios. Sudor.
Sentía hambre de ella, de su risa. Que mi corazón sólo latía cuando ella cerca estaba.
Y lo demás aire, y lo demás nada.
Como un gato, su melodía se colaba por mi ventana. Acariciaba mis oídos, se deslizaba por mis labios. Sentía sus besos sin ser besado, sentía sus dedos acariciando mi pecho.
Y mis noches la dibujaban entre sueños con olor a tabaco y whisky. Mis dedos de pianista de máquina de escribir, golpeteaban letras que escribían su nombre. Su olor en mi almohada, sin haberla rozado. Su risa en mi espejo, sin haberse reflejado.
Podría ser. Podría haber sido.
Y la noche moría, y no amanecías conmigo. Twitter icon

Fred-baby

3 estrellas fugaces

Existen mil palabras para que sean la primera, pero sólo unas fueron dicha por sus labios:
- Hacía mucho que no veía a gente nueva por el edificio.
Sonreí, mientras intentaba llamar al ascensor con el codo, ya que parecía ser la única parte de mi cuerpo que no sujetaba alguna maleta.
- Olvídalo, no funciona. Es más, cuando llegué nueva ya estaba estropeado. Mi teoría es que es una puerta secreta, ya sabe. Algo como Ana Frank, o mejor, Narnia.
- ¿Hace mucho que vive aquí?
- Algo más. Quizás menos. Digamos que año y pico. Ya veo que usted no. ¿Compra o alquila?
- Por el momento ocupo. Quizás mis hijos puedan decir que tienen casa propia. O sus nietos. O los nietos de sus nietos. Ya sabe como funciona.
- Hijos. ¿Esposa? No la veo. ¿Divorcio? Perdone mi indiscreción - bajó la mirada algo avergonzada de sus propias palabras.
- No se preocupe - intenté sonreír, mientras subíamos las escaleras tan rápido que un caracol nos habría doblado-. Soltero y entero, o eso dicen. Sin más compromiso que Bobby.
- Oh, Bobby. Entonces es homosexual, ¿cierto?
Reí por el tono de su pregunta, aunque ante la misma, en boca de otra persona, habría reaccionado distinto.
- Bobby es mi pez de colores -dije, levantando la mano para enseñárselo. Pero no fue un pez lo que había en ella, sino una bolsa de plástico con una lámpara asomándose como espía de la conversación.
Avergonzada, rió discreta.
- Tercer piso, he llegado - concluí, al llegar al amplio piso. Tan amplio como una nevera, vaya.
- Si necesita ayuda yo estoy en el cuarto. Justo encima de usted. Podría pasarse esta noche, sobre las once. Tomar algo, conocernos. Decirnos los nombres estaría correcto.
- Mi nombre es Paul.
- ¿Sabe? Sabía que se llamaría así. Quiero decir, tiene los ojos de llamarse Paul.
- ¿Y cómo son mis ojos? - pregunté, algo incorrecto.
- Oh. Ya sabe. Esos típicos ojos que dicen morder y luego no saben ni besar - dijo, algo oqueta -. Disculpe de nuevo. No quería ofenderle.
- No me ha ofendido - sonreí, abriendo la puerta de mi nueva casa -. Aunque usted no ha dicho su nombre todavía.
- A las once, en mi casa, se lo diré. No piense nada extraño, sólo whisky. Y si no puede esperar, busque mi nombre en el buzón. Aunque no estoy realmente segura de lo que ponga.
Guiñé un ojo, confidente, y me dediqué a pasar una a una cada maleta en casa. En total hacían cinco, y todas sobre mi cuerpo. Entonces vi que, desesperada, buscaba en sus bolsillos.
- Oh. Otra vez no - dijo, cansada-. ¿Le importa que pase por su escalera de incendios? He perdido la llave. Será un momento, no se preocupe.
Antes de poder reaccionar, ya se había colado dentro de ella. Dentro de mí. Dentro de mi mundo.
- Al menos dime tu nombre - dije, mientras se colaba por la ventana del baño para acceder a las escaleras metálicas.
- Esta noche, a las once - y sonriendo, fue subiendo por ellas.
Pero no hacía falta que lo dijese, ya estaba seguro de ello.
Holly. Como siempre, Holly. Twitter icon

23,30

1 estrellas fugaces

- Tengo que marcharme.
- ¿Volverás?
- Quizás mañana - se puso el abrigo.
- Odio la palabra quizás cuando sale de tus labios.
Él se encogió de hombros y siguió su camino hacia la puerta.
- Eres como un sueño - le susurró al oído, mientras él intentaba escaparse hacia el portal-. Siempre apareces por la noche en mi cama, y cuando despierto ya has desaparecido.
Una sonrisa amarga se escapó de los labios de aquella figura, que se alejaba hacia el ascensor. Finalmente, se volvió -con aparente indiferencia- y alzó en sus labios una sentencia:
- Lo que más seguridad da en un sueño es saber que no durará para siempre. Twitter icon

Lydia

0 estrellas fugaces

Gitana de Hispalis
de sangre morena
bailando descalza
tus pies en la arena.
Esmeralda de carbón,
joya encontrada en el río
que las olas vienen, van
que las olas te han traído.
A tu vera duermo, sueño
a tu vera yo te canto.
Gitana de coplas, de besos
dulce luz de mil encantos.
Diamante de sombras en noches
perdidas en sonrisa infantil
que como un verso labio a labio
escapa a la lluvia de Abril.
Sueño que sin soñar sueño,
humo en tus labios al aire
guardándonos mil secretos
de esos que no sabe nadie.
Gitana de luces, de flores
gitana de primavera
tan bonita que amapolas
te envidian por ser la primera.
Gitana de besos, gitana de mar
que tus ojos despertar
junto a los míos espero.
Gitana del alma, gitana del sur
gitana mía, te quiero.
Twitter icon

Ella

1 estrellas fugaces

Ella no quería un marido, sólo una mascota que tener entre sus brazos. Un perro al que acariciar en la noche, alimentar en el día, y olvidar en casa durante las vacaciones. Ella quería una pecera llena de romances a los que alimentar de vez en cuando, y tenerlos allí nadando, nadando.
Ella no quería un aniversario, sino trescientas seseinta y cinco noches. Ella no quería flores, sino capullos. Ella no quería velas, sino llamas.
Ella no quería querer. Ella no quería nada.
Ella no me quiso. Ella no se quería.
Sólo sentir el sudor le daba vida. Los gritos eran su comida, y su agua los besos de conocidos de una noche.
Ella tenía mil nombres y ninguno le gustaba. Ella era la esposa, la amante, la amiga. La fruta prohibida, el peligroso placer.
Ella no respiraba. Ella no existía. Ella despertaba una vez al día, al calor de besos en el cuello, y moría con el último latido de la medianoche.
Todos hablaban de ella. Ninguno la conocía. Ni siquiera su reflejo sabía decir quién era. Porque tenía mil caras, porque ninguna era la suya.
Ella vivió a ratos, y murió una sola vez. La vez que miró que nadie la miraba. La vez que se vio envejecer.
Y ella nunca durmió sola, sino con el olor de cien hombres distintos en su almohada.
Ella, a la que tantos amaban. Ella.
Reina de nada. Twitter icon

Yo sin ti, tú conmigo

0 estrellas fugaces

Elévate hacia el cielo
suspirando entre resortes,
cadenas que alzan el vuelo
bailando un vals de la corte.
Máscaras que escapan al grito
a la luz de madrugada,
donde un mucho es poquito
pero es mejor que nada.
Entra y sale
viene y va
como humo en chimenea
sentimientos de cristal.
Un grito rompe el cielo
y no hay nada que temer
¿Acaso te crees el primero
que llora por el querer?
Te quiero y sin querer, te quiero
te quiero sin quererte querer,
te quiero como yo sólo te quiero
te quiero desde antes de nacer.
Ojos que sin mirar, te miran
en un asiento del tren
se cruzan nuestras miradas
se hace tarde para volver.
Me pierdo un segundo,
regreso
simplemente para ver
que lo que siento no cabe
en un trozo de papel.
Twitter icon

Ecuación perfecta

1 estrellas fugaces

Humo que golpea en la ventana
como ave que se escapa de su nido.
Corre, vuela sin tus alas
grita sin voz desde el olvido.
En un rincón de la noche te pienso,
te sueño, recordando tu mirada
esos ojos que nunca he visto,
como luceros de la madrugada.
Te desnudo sin tocar tu piel
para verte sólo debo soñar
como una ecuación incompleta
donde uno es tres y tres es par.
Perdiendo mi mirada en el asfalto
buscando tu recuerdo en el camino
casi te veo, casi me escapo
pero sólo me pierdo contigo.
Humo que golpea tu cama
mientras pasa una estrella fugaz
perdiendo besos en tu almohada
donde dos es uno, y uno es par.
Twitter icon

Reina de Babilonia

0 estrellas fugaces

Su cuerpo se resbalaba entre los dedos como gotas de lluvia en un coche a la medianoche. Pero no había luz. No había oscuridad.
Gemía. Se revolvía entre su ropa, tirada por el suelo sin preocupación alguna.
La angustia le podía, pero le pudieron más las ganas.
El pecado siempre iría a su lado, como un gato negro tras la esquina, pero el Diablo susurraba a su oído.
Calla. No sigas.
Adelante. Para.
Recuerda que aún respiras, recuerda que aún vives, como un cigarro fumado demasiado deprisa, como un libro leído en una única noche.
Como un beso dado sin darse cuenta.
Como perder la inocencia en la parte de atrás de un viejo Renault.
Y tras la ventanilla, el mundo parecía demasiado pequeño en ese momento.
Y tras la ventanilla, su vida.
Era de noche, y no había luz alguna. Ni siquiera en sus ojos, cuando dejaron de ser los de una niña. Twitter icon

peces en el agua

1 estrellas fugaces

- Todo fue mal. Y luego a peor - comenzó, dando un sorbo a la taza de café.
- ¿Por qué?
- Fue su culpa, él lo empezó todo. Acabó ahogándose en su propia saliva. Me da lástima ¿sabes? Fue una pena que acabase así.
Max asintió con la cabeza, distraído, viendo la gente pasar al otro lado de la ventana de la cafetería.
- Entonces huyó ¿verdad? - dijo, tras un largo silencio.
- ¿Alguna vez se quedó del todo? No. Era como el Principito de Saint-Exupéry, nunca dejó de tener su espíritu en algún lugar perdido del firmamento.
El chico rió con cansancio. El Principito, sonrió, nunca había llegado a entender ese libro del todo, al igual que jamás había entendido las grandes pequeñeces de la vida.
- Te quería, ¿lo sabías?
- Siempre me quiso. Pero no funcionaría. Era demasiado libre.
Se fraguó un nuevo silencio, mientras el humo del café se colaba entre su pelo.
- En realidad siempre he pensado que las personas más libres son las que más desean los lazos. Tienen miedo a ser el último pez del océano.
- Sin embargo, acabó huyendo al mar.
- La única manera de volver al mar una vez dentro es a través del váter. Nunca lo olvides.



Twitter icon

parpadeos eléctricos

1 estrellas fugaces

El golpetear de las gotas en el suelo, cayendo desde el mismo centro de la gotera del techo, había decidido por él.
Era el momento de huir. Era el momento de correr.
Guardó en su bolsillo el paquete medio vacío de tabaco, y un mechero recargable de recuerdo de Roma. Odiaba Roma, pero no tenía nada más con lo que hacer fuego.
Tardó casi una hora en llegar a la estación, sin pensar, sin sentir, sólo observando cómo resbalaba la lluvia en la ventana del autobús.
Sacó dos billetes. Ocupó un sólo asiento.
- ¿Por qué lo hizo?
- Nunca viaja sin tu recuerdo.
- ¿Llegará pronto?
- Aún le queda mucho viaje, pequeña. Ahora guarda tus pinturas y deja de dibujar niños sin sonrisa. Papá está de camino. Twitter icon

Corazón Sádico

1 estrellas fugaces

Las horas pasan y maldita es la espera.
Mira si la batería está entera.
Comprueba de nuevo la cobertura.
El silencio de la noche es tu tortura.
Porque hierba mala nunca muere, y la esperanza es inmortal.
Inmortal, y mala consejera en temas con un punto final.
Twitter icon

Margareth I

0 estrellas fugaces

Las gotas mojaban la ventana, mientras resonaban los pasos del perro en el piso de arriba. Hacía muy mal tiempo, pero a Margareth no le importaba. Sólo miraba las formas del humo de su cigarro alejarse hacia el techo, donde una pequeña araña descansaba sobre su tela.
Un cartel colgaba del pomo de la puerta, grisácea, con arañazos del paso del tiempo. Hacía ruido al cerrarse, y sus argollas estaban cubiertas de óxido. Ella se balanceaba sobre una mecedora que hace siglos era de primera mano, mientras observaba a través de la calada ventana el coche negro que estaba aparcando al otro lado de la acera.
Un hombre salió de él, con un paraguas tapándole la cabeza. Detrás, unos pequeños niños hacían volar sus vestidos blancos empapándose de la lluvia, mientras la madre de ellos, con un destacado sombrero florido, les pedía que no saltasen sobre los charcos.
Finalmente, mujer e hijos se escondieron en el porche, mientras el señor del paraguas decía unas últimas palabras a su chófer.
Ése era el momento.
Escuchó el portazo de los niños y sus correteos por la escalera mientras sacaba de su maletín el revólver y apuntaba desde la distancia a la cabeza del hombre del sombrero.
Esperó unos segundos y finalmente, apretó el gatillo.
Un golpe seco. Un fogonazo de luz.
Y despertó.
Margareth estaba temblando sobre la cama, sudada, cubierta de lágrimas mientras su corazón palpitaba a ritmo de Elvis Presley en sus buenos tiempos. El timbre empezó a sonar, una y otra vez, y finalmente abrió los ojos e intentó hacerse a la nueva luz.
Los barrotes de la celda parecían cada vez más grandes. Pero esa sería la última mañana que viviría allí. Por fin podría ser libre. Por fin podría volar.
En ese momento, el alcaide se acercó a su celda, y diciendo todo el protocolo abrió la celda. Margareth sólo escuchó las últimas palabras, y sonrió de felicidad.
- Silla eléctrica. Sala número cuatro. Twitter icon

segunda

3 estrellas fugaces

Pequeña mariposa de alcohol
que flotando en la ventana
creyendo que va a despertar
amanece en la mañana
teñida de rayos de sol
gota a gota, nada a nada.
Aunque puede que despiertes
aún siento aquel latido
que revoloteando viajaba
sobre aguas en el Nilo
cada palabra mata,
como parcas y sus hilos.
Puede que te eche de menos
puede que no vuelva a pensar
que sin pensarlo pensaba,
pensamiento a mi pesar,
cuando miro en mi ventana
creyendo que no volverás.
Y como un barquito se hunde
en las aguas de la mar
que salando las heridas
me dice que ya no estás,
que aún quedan mil semanas,
y aún te tengo que esperar.
Y dices que no entiendes
cuando no hay entendimiento
en mis palabras huecas
vacías de sentimiento
como un roble sin sus hojas,
o una flor sin pensamiento.
Sin embargo yo te digo
que no hay nada que entender,
marionetas sin sus hilos
en un juego de ajedrez.
Y sin embargo te cuento
que este momento es perfecto
para decir que te quiero
para decir lo que siento.
Una nueva cabezada,
y otro nuevo amanecer
amaneciendo en mi ventana
a seiscientos pasos de tu piel.
Twitter icon

primera

2 estrellas fugaces


Donde los cielos no sangran
es difícil de creer
que una nube sin rumbo
sobre ti pueda llover,
y más cuando la lluvia
te mojaba desde ayer...
A veces miro sin mirar,
a veces miro sin ver,
pero puede que otras tantas
diga algo sin querer
como besos que se escapan
con las velas de un pastel.
Y sin pensarlo, te toco
y se escapan mariposas
encerradas en cerrojos
en un verso sin rimar,
porque, sin quererlo, quiero,
y sin pensarlo, siento
cada vez que doy la vuelta
y veo que ya no estás...
Te quise como ya no te quiero,
te quiero como no te querré
palomitas sin sus vuelos
en un cine para tres,
que hace mucho que siento
que debería volver,
y sin embargo lo intento,
y sin embargo no sé...
Sólo prometo una cosa,
que el día que volverás
estaré junto a tus manos,
temiendo qué me dirás,
porque aunque no sepa qué siento,
aunque no sepa decir,
sólo creo que te quiero
como te quise en Madrid.
Esta botella de ideas
se ha quedado sin alcohol,
y prometo no olvidar
el latido de un corazón
que te mira sin mirar,
que te quiere sin saber
qué es eso del amar
ni qué ha cambiado esta vez.
Sólo pido una promesa,
que aunque no sepa querer
no te vayas de mi lado
por si consigo aprender.
Twitter icon

lengua de bohemia

3 estrellas fugaces

Músico, poeta y pintor
que vivió en su momento,
buscando un verso perfecto
que enamorase al lector
bebió un trago de alcohol
se acomodó en la acera,
lanzó al aire una moneda
y con tiza en el suelo escribió
"Como dijo Valle-Inclán,
mejor murió Max Estrella
al calor de la botella
que morir como un sultán
por el pueblo no querido
sentado en un trono de oro
mientras roban tus tesoros
los que ayer fueron amigos"
Y tras esto, pereció.

Twitter icon

la muerte anunciada de un amor inexistente

2 estrellas fugaces

Es mirar un cuadro y ver sólo pinceladas.
Como mirar la lluvia y sólo ver gotas caer.
Es mirar a la gente y ver sólo personas.
Es mirar un libro y ver sólo papel.
Es vivir sólo porque tu corazón late,
sin motivos, sin sueños
sin nada en lo que creer.
Como si la ilusión se hubiese marchitado,
perdido y mutilado en un recodo de tu piel.
En una guerra sin enemigos a los que vencer,
sin esperanza en la que creer, ni sueños que poseer.
Es vivir una vida sin vida.
Es como leche sola, sin café.
Es la muerte anunciada de un amor inexistente,
es comer pastas secas sin el té.
Creí en tu sueño y soñé que los sueños se cumplirían
y sin quererlo, soñé otra vez
en poder tenerte otro día.
Creí una mentira, otra vez, una mentira sólo mía
y sin quererlo, creí otra vez,
otra vez, que volverías.

Twitter icon

economía en un mundo de cuatro paredes

3 estrellas fugaces

En un banco del Retiro
aprendimos a soñar,
con bufandas para el frío
y un baile de carnaval.
Cuando aún tenemos hambre
y la luna va a acostar
no quedan periódicos
escritos en una postal,
de dónde el sol no hace frío
y no hay peces de colores,
y sólo baila entre dos
el ritmo de corazones.
Y llegue el día que soñemos
que todo va a terminar,
no temas, estoy contigo,
tú eres mi mitad.
Y qué más da la noche,
para dormir en la habitación,
con el ruido de los coches
y de este ventilador
No quedan llantos de niños,
ni murmullo en caracolas,
sólo la cara de Washington
en un billete de un dólar.

Twitter icon

alunizajes

0 estrellas fugaces

Quiero hacer el mapa de las constelaciones de tus lunares
y como astronauta acariciar los amaneceres
paseando sobre la luna, recogiendo flores en Venus
acariciando los rayos del sol
y sentarnos sobre la Vía Láctea
rodeados de cien mil estrellas de sugus
para despertar sobre una nube y
llover dentro de esta habitación.

Twitter icon

veintiuno de marzo

1 estrellas fugaces

Quiero ser el café
que manchó tu nariz esa mañana a tu lado.
Quiero ser el humo
que sale de tus labios,
rozando tu piel
acariciando tu pelo
y alejándome de ti para siempre hasta el cielo.
Quiero ser el sueño
que tuviste aquella noche sin mí,
quiero ser dueño
de cada uno de los días en los que piensas en mí.
Y tres palabras,
tres palabras para ti.
Vuelve.
Vuelve, a Madrid.

Twitter icon

obviedad

1 estrellas fugaces

El día que quise morir
me quedé con la tierra en los zapatos.
Te miro y no se sonreír,
nos queremos como perros y gatos.
Traté de olvidar el día
que prometí no parar,
te prometo, si me miras
se me olvida respirar...
Y el día que encontremos la paz
quedarán como huellas en el barro.
Te miró y no se qué decir,
guardaré el secreto como un mago...

Twitter icon

no sé por qué, pero lo hice

2 estrellas fugaces

Dentro de un laberinto
sin salida y marcha atrás,
mensajes en una botella
perdida en el fondo del mar,
y la verdad que se esconde
en la sombra de una moneda
no distingue cara o cruz
ni los chicles en la acera.
Me he perdido y no he encontrado
la luz al final del túnel,
como un príncipe desteñido
que ha perdido lo que tuve.
Mañana es san Juan, y empieza
un verano de promesas,
yo todavía te pienso...
Nunca es tarde para decir "lo siento"

Twitter icon

S.O.S. punto y coma

2 estrellas fugaces

Gatos de madrugada en una terraza
paseando en la noche de Barcelona,
todo se nubla,
no espera el momento
y cada segundo se vuelve convexo.
Igual que en ese instante
que el tiempo dejó de existir
sopla el viento,
acaba el cuento
y cada segundo se vuelve convexo.
Aún espero al momento
que te giras y me digas perdón.
Que en la noche todos los gatos son pardos,
que en la noche no hay sitio para dos.
Pájaros en el cielo encapotado
en la quinta fase lunar
todo cambia
en un segundo
aguas vienen y aguas van.
Aún espero al momento
que te giras y me digas perdón.
Que en la noche todos los gatos son pardos,
que en la noche no hay sitio para dos.
¿Quién estuvo a tu lado el día que no querías?
¿Quién se quedó contigo, cuando nadie más había?
¿Quién ha estado, es y estuvo cada segundo en tu vida?
¿Quién recibe en esta noche cada una de tus balas perdidas?
Aún espero al momento
que te giras y me digas perdón.
Que en la noche todos los gatos son pardos,
que en la noche no hay sitio para dos.
Necesito descoser la capa de invisibilidad
que se grapó en mi piel
y no se quiere separar.
Necesito que te enteres
que ya no puedo poder más...
Aún espero al momento
que te giras y me digas perdón.
Que ya no quedan papeleras
ni vallas a las que saltar.

Twitter icon

gatos en el tejado

0 estrellas fugaces

Traté de olvidar respirar
y se me olvidó olvidarte,
y ahora me quedo sin ganas
sin ganas de tenerte delante.
Una bicicleta tiene dos ruedas
y de dos, tres son mentiras
cada vez que pienso en el quejido
si te miro y no respiras.
Quédate,
quédate conmigo,
lo que un día prometimos...
y bailar toda la noche
como pájaros en nubes
Traté de olvidar quererte
y casi sin pensarlo lo hice
pero fue una gran historia
donde nadie come perdices.
La música retumba el muro
y yo te echo de menos
cada paso que doy en falso
pienso en eso que dijiste
pero tus promesas a ratos
parecen querer morirse...
Quédate,
quédate conmigo,
lo que un día prometimos...
y bailar toda la noche
como pájaros en nubes
Moriré sin poder decirte
que te quise y que te quiero,
que los días no son días
que el sol no brilla en el cielo.
Me moriré, moriré sin pedirte
que regreses algún día,
que una vez me prometiste
que al verano volverías
y ya las playas abren sus olas
recojamos caracolas
y a cada grano de arena un beso,
y a cada gota, tu regreso...
Quédate,
quédate conmigo,
como un día prometimos,
y bailar toda la noche
como pájaros en nubes
Traté de olvidar respirar
y se me olvidó que no debía amarte
pero he llegado a este punto
y es inevitable soñarte...
Quédate,
quédate conmigo...

Twitter icon

una mentira más

1 estrellas fugaces

No fue ni tu culpa ni mía
el tequila envenenó
acabamos en un parque
aún cantando esa canción.
Me regalaste un beso,
y yo a ti una disculpa,
porque, ni mucho ni poco,
sólo recuerdo esa multa
al aparcar en doble fila
delante de mi portal,
dejando impresa tu sonrisa
con el vaho de mi cristal.
Cierro los ojos y pienso
que hay un sitio para mí,
mientras recojo la ropa
que aún me huele a ti.

Twitter icon

con vistas a manhattan

0 estrellas fugaces

El reloj marcaba las doce
pero estaba equivocado,
sólo eran menos diez
y la cama sigue sola
en nuestra habitación de hotel.
No era mucho, sólo tiene
ventana y televisión,
una nevera portátil
y esta cama para dos.
Pero tú no apareciste
y el verano se congela
con doce versos,
una carta de amor
con imán en la nevera
y toda mi ilusión
al fondo en la papelera.

Twitter icon

casi te miro y te toco

0 estrellas fugaces

Con los pies de sombrero
paraguas y una corbata
como Willy Fogg el mundo entero
pisaremos sin pisar,
que si Gulliver viajó
y halló tantas maravillas
aún quedaban para Alicia
dentro de la madriguera,
y si fue el destino de esta casualidad
corre corre que te pillan
y enchufaremos la antena
para ver la tele local,
que de sueños viviremos
en nuestro cohete espacial.

Twitter icon

la falta más tonta del mundo

4 estrellas fugaces

Una botella por abrir
de escenario, aquella mesa
con flores de plástico
y un ligero olor a cerveza.
Te quitaste la sonrisa
y perdimos la cordura
pero esos momentos, dicen
en el recuerdo perduran.
Y debajo de la mesa, manos
hablando en lenguaje de versos
como teclas de un piano
que chirrían al estar tan viejo.
Vaselina para los labios
y para la piel jabón
a veces me arrepiento,
y callo,
por no coger ese avión

Twitter icon

muchas cosas por decir

0 estrellas fugaces

Un autobús en la ciudad
llena de luces
de historias de contar.
Dos besos en la estación,
la excusa perfecta
para decirte adiós.
A pesar del sabor
a caramelo de tus labios
al humo de la habitación
el color de ese verano
que pintó mi habitación
de ese bar tan extraño.
Cristales en el suelo
recuerdos de Limoncelo
te extraño,
y no debería,
pero, cada día
cuento los días para verte
y es que debo confesarte
que me gusta mucho quererte.

Twitter icon

diciembre

0 estrellas fugaces

Olor a café recién hecho
y tu ausencia me acompaña
recordando aquel pequeño viaje
del que siempre hablabas...
Y un gato en la ventana
con vistas al paraíso,
tu voz me consume en silencio...
Aunque pensé que era fácil hablar
me quedé sin palabras
no te supe contar
que mi cama aún te extraña.
Y aunque suene difícil de creer
que mi corazón no te entiende
el silencio de mi habitación
solo habla de
Diciembre.

Twitter icon

mamá

2 estrellas fugaces

Amor que nunca has sentido
una parte de ti, que late,
una parte de ti, que sueña
que no es vida sin tu vida
que no existiría sin ella.
Y si llora le acurrucas
y si teme cantarás
esperando que pase la noche
y besarle al despertar.
Y dar tu vida por algo
que dentro de ti ha nacido,
que siempre has vivido sin él
y él siempre vivió contigo.
Y sacarle mil sonrisas
pensando si llegará
el día que sin querer diga
tu nuevo nombre:
mamá.

Twitter icon

estrella

0 estrellas fugaces

Ya sabíamos los dos
que las estrellas nunca brillan para siempre.
Y si esto se acabó
yo diría que no hay nada diferente.
Nuestra historia naufragó
y borré ya tus recuerdos de mi mente.
Nuestro cielo oscureció
y la lluvia va calando entre la gente.
Si ya sabes la razón
que te quiero pero debo de seguir al corazón
Yo sé que yo fui tu error
Lucharía para conseguir tu amor.
Si aún eres para mí
esa luna en mayo y esa estrella en el mes de abril
mi mundo sólo es sin ti
una lágrima en un rostro infantil.

Twitter icon

recuerdos en el oído

1 estrellas fugaces

Ya.
Ya no quiero sufrir más.
Ya no quiero recordar
esas lágrimas vertidas en el mar.
Ya no quiero resistir
ni lo quiero permitir.
Hoy tengo ganas de ti.
Deja de temer y vuela
deja de esperar y salta
que este mundo nunca para
de girar...
Deja de llorar y sueña
deja ya tus miedos fuera
que tu estrella nunca,
nunca deje de brillar.

Twitter icon

distante distancia distanciante

0 estrellas fugaces

La distancia no se mide
ni en metros, tampoco en pies.
Es tan sólo el sentimiento
que existe entre piel y piel.
Puedes estar a cien pasos
y en la distancia bailar,
o a centímetros de su boca
y sentirte en el tercio polar

Twitter icon

sobre montana

0 estrellas fugaces

Su algo he aprendido
es que la vida es para andar,
que no existen los caminos,
ni una única verdad.
Puede que odies, y al tiempo,
a esa misma persona amar.
Sólo existen mil momentos
en una perspectiva lineal.
Es como para aquel que un cuadro
sólo es algo en la pared,
sin ver las mil pinceladas
ni el sentimiento en él.
Es subir a la montaña
y sólo ver la cima
sin pensar en la escalada,
sin pensar en la subida.

Twitter icon

guerrilleros

0 estrellas fugaces

Es una guerra sin tanques
sin misiles ni pistolas.
Es un después sin un antes.
Una playa sin sus olas.
Es un instante perdido,
una flor sin su olor.
Es querer sin ser querido.
Es un beso sin amor

Twitter icon

de nubes en la ventana

0 estrellas fugaces

No hay Wendy
sin Peter
como luz y oscuridad,
el vacío de la noche
un instante a recordar
que cualquier tiempo pasado
siempre parece mejor.
En donde nunca hubo verdad
no hay sitio para el amor

Twitter icon

sobre ti y sobre mí

2 estrellas fugaces

¿Quién es más loco?
¿El loco que su locura
no ha podido elegir?
¿O el que ama, aún sabiendo
que amar es decir sufrir?
¿Qué es más muerte?
¿El enterrado, al que no late el corazón?
¿O el que muere estando en vida
sufriendo heridas de amor?

Twitter icon

de utopías

1 estrellas fugaces

Hablando de corazón
desde joven he pensado
en esta triste verdad,
que no sirve soñar
si jamás serás soñado.

Twitter icon

lorca

0 estrellas fugaces

Ya amanece en Nueva York
y ni siquiera he dormido.
El silencio hace un ruido
imposible de calmar
en la sombra te imagino
y si a veces me descuido
me olvido de que ya no estás.

Twitter icon

parpadeos

0 estrellas fugaces

¿Qué es el viento sin el aire?
¿Qué es el aire sin el viento?
¿Qué es poesía sin palabras?
¿Qué es mi alma sin tu aliento?
Cabeza de pájaros mudos
que aún esperan en silencio
a recordar la canción
que aprendieron de tu cuerpo.
Historia de un triste arlequín
que esperando su festín
imaginó Miró.
Cenicienta sin zapato
que sin final feliz
aún espera oír tu voz
pudiendo decir así
que este cuento se acabó.

Twitter icon

Poeta de noche

0 estrellas fugaces

Alma. Poeta de noche
que sin sueño se pasea
amante de las palabras
en una ruidosa escalera.
Esclavo de luna,
alma de grillo,
con bolígrafo y papel
suspiro a suspiro muere
y otra taza de café.
Las estelas de las luces
con vistas a la ciudad
no te duermas todavía
queda mucho que contar.
Alma. Poeta de noche,
que al eterno amanecer
su letra va a fallecer,
no te olvides de escoger
el último de tus sueños,
único en tus placeres
y dedicárselo a aquel
que aún sin quererlo, aún quieres.

Twitter icon

fugacidades

0 estrellas fugaces

Dicen de aquel luchador
curtido de mil batallas,
una espada le hirió.
Mueres vayas donde vayas.
Dicen de un rey que reinó
tan sabio como se puede,
al veneno no venció.
No te escondas, siempre mueres.
Dicen de un gran cardenal
que dio su vida a su modo,
sin embargo se murió.
La muerte iguala a todos.

Twitter icon

machado y tú

0 estrellas fugaces

Esta noche he despertado
sin ganas de mirar atrás
(caminante no hay camino...)
Esta noche he despertado
sin ganas de despertar
(se hace camino al andar)
Esta noche ni la luna
quiere iluminar la acera
(caminante no hay camino)
Esta noche ya no es noche
y soñarte es mi condena
(sino estelas en la mar)

Twitter icon

preguntándole a la luna

0 estrellas fugaces

¿Dónde viajan los mosquitos
pegados en la pared?
¿Dónde van nuestros recuerdos
perdidos en el ayer?
¿Dónde quedan esas risas,
el humo por tu cristal?
¿Dónde duermen las estrellas
cuando no las toca brillar?
¿Dónde escapan los suspiros,
los lunares de tu piel?
¿Dónde guardas mis latidos?
¿Dónde guardas mi querer?

Twitter icon

anoche

0 estrellas fugaces

A las cuatro de la mañana
el reloj deja de sonar.
Ya no hay pájaros cantores,
ya no es hora de cenar.
Los niños sueñan sus sueños,
frágiles como el cristal,
pobres almas sin un dueño
que no saben dónde van.
Ya no existen las trompetas
ni las nubes de algodón.
¿Dónde quedan los recuerdos
perdidos en ese vagón?
La gente no se pasea,
ya es hora de cerrar.
No hay Calixto y Melibea,
somos dos para cenar.

Twitter icon

despedidas

4 estrellas fugaces

- Antes de irme, quiero darte un par de consejos...
- ¿De qué se trata?
- Es lo poco que he aprendido en mi vida. Ama a muchos. Confía en pocos. Lucha por tus sueños, incluso cuando estés despierto. Y nunca lo olvides, haz siempre lo que tu corazón te pide... Ama a muchos, confía en pocos... Y cuando tengas ganas de llorar, mira al cielo, allí estaré, esperándote, rotegiéndote. No pienses en el medio, no pienses en el fin, simplemente, sé feliz. Porque tú sabes que yo sólo soy yo, cuando tú eres feliz...
- Antes de irte, déjame decirte algo...
- ¿Y qué es?
- Que te quiero, mamá. Te quiero.

Twitter icon

el diario de mañana

3 estrellas fugaces

- ¿Aquí es donde vivía la niña?
- Sí, su cuarto era el doce, junto al torreón.
- Es precioso.
- Lo es, a ella le encantaba sentarse aquí y pasarse las horas mirando su cuaderno.
- De eso venía a hablar, de su cuaderno. ¿Qué guardaba ahí?
- Era un tipo de diario. En realidad, sí, lo era, porque escribía cada día un pedazo de su vida. Pero no era el típico diario que todos hemos empezado alguna vez y que tan pocos han acabado.
- Escribía sobre el día siguiente.
- Así es. Cada día se sentaba allí y escribía qué era lo que le iba a pasar a la mañana, cuando despertase. Inventaba cosas que le harían sonreír, y nunca las que le harían llorar. Así siempre se acostaba con una sonrisa, pensando en lo mágico que sería cuando amaneciese, y se acostaba pensando que, quizás no todo lo había vivido como había imaginado aquel día, pero que, tras la noche, le pasarían mil cosas fantásticas.
- Pero no le ocurrió. Y el último día fue horrible, según mis informes...
- Sufría una grave enfermedad, todos sabíamos que, una de esas noches, sería la última. Ella también lo sabía, pero siempre tenía la fe puesta en que mañana sería un gran día. Lamentablemente, ese "mañana" al final no llegó...
- ¿Y qué hay escrito en la última página?
La enfermera abrió el cuaderno en espiral y hojeó hasta encontrar las últimas letras que había escrito Rosalía.
- "Mañana será un gran día. Todo será perfecto. Al fin, podré sonreír sin mirar atrás y sin mirar alante, sino, simplemente siendo yo, en este momento, cuando esté sentada aquí escribiendo con una sonrisa en los labios".
- Qué triste final...
- Dicen que murió con una sonrisa, esperando el amanecer.
- ¿Y tú crees que algún día podrá ser feliz? - suspiró la periodista, melancólica, mirando la ventana.
- No creo en la vida después de la muerte, si esa es la pregunta. Pero Rosalía fue muy feliz, esperando siempre al día siguiente para poder sonreír.
- Pero ese día nunca llegó.
- La esperanza no consiste en esperar a algo que sabes que vendrá. La esperanza es esperar con incertidumbre, pero con la fe de que llegará algo. A veces es y a veces no es. Esta vez no fue, pero Rosalía era feliz en ella.
- Entonces, ¿es mejor vivir en una burbuja imaginada y ser feliz en ella; o abrir los ojos y ver que tu mundo está destruído y no tienes nada que creer?
- Lo mejor es ser feliz. y, a veces, la mentira es el mejor método para serlo. Mejor creer en algo falso, que no creer en nada.
Y, con una sonrisa, la enfermera se fue de la sala, dejando a Joanne en aquella luminosa habitación.
Twitter icon

perspectiva lineal y escorzo

1 estrellas fugaces

- ¿Tienes alguna duda, Joaquín?
- He venido desde mi pueblo allá en Europa, he viajado por ríos, montañas y cordilleras. He visto gente reír, gente llorar. Unos morían, otros nacían, siempre la misma historia con diferente nombre. Y tengo una duda, una duda que no me deja dormir. ¿Cuándo acaba todo de dar vueltas?
- Todo acaba cuando llega el fin, no hay más.
- ¿Y cuando llega el fin?
- Cuanto todo acaba y el círculo se convierte en simples puntos. Cuando la espiral encuentre el infinito, cuando la metafísica llega a su tope, y Todo deja de ser Todo para convertirse en millones de Todos, unos grandes, otros pequeños, pero no un conjunto común. ¿Qué es la línea sino la unión de miles de miles de diminutos puntos unidos entre sí? Cuando lo comprendamos, cuando valoremos cada segundo en su valor y no como la unidad que forma los minutos, cuando comprendamos que los minutos son minutos de por sí, formen o no formen una hora, cuando caigamos en cuenta de que el mar no es el mar, sino la unión de todas las gotas que lo forman. Entonces todo dejará de ser grande, y todo cabrá en la palma de tu mano. Porque, aunque no lo creas, el infinito tiene su propio fin.
- Pero con fin no es infinito, ¿no?
- Todo es infinito, todo es eterno, en la medida que sepas descomponerlo. Puedes pasarte una vida estudiando los edificios de todo el mundo y morir antes de acabar, o puedes pasártela estudiando un único arco de una única catedral y dividirlo en fragmentos tan pequeños que en la vida podrás acabar de saberlo todo.
- Pero siempre existe un concepto básico, general, que lo une todo.
- Éso es lo que hace al mar una única cosa siendo millones de infinitas partículas. Y si dejas de ver cada sufrimiento de tu vida como un único sufrimiento y lo englobas en un único concepto, sólo tendrás un lamento y no cientos de ellos.
- ¿Y puede existir una vida sin sufrimiento?
- Todo consiste en mirar de lejos o mirar de cerca. La vida es vida, y el sufrimiento es parte de ella. ¿Qué es la muerte sino la ausencia de vida? No pueden existir la una sin la otra. Es la ley del eterno retorno.
- ¿Y qué hace a la muerte ser lo que es?
- ¿Qué hace al payaso payaso, Joaquín? ¿La nariz, o la risa? ¿Una broma sin gracia le quita el titulo de payaso? Y dime, ¿qué es un pez?
- Un animal que vive en el mar.
- Y ahora dime, si un pez es sacado de sus aguas, y muere asfixiado en la orilla, ¿deja de ser un pez?
- No, siempre será pez.
- Pero no cumple las características que tu dices. No es animal, porque está muerto, y un animal es un ser vivo. No está en el mar, porque ha sido sacado de él. Por tanto, un pez muerto, ya no es un pez.
- Yo no lo creo así. Un pez es pez desde que nace, o incluso desde antes de hacerlo, hasta después de muerto. Un pez es un pez, siempre lo ha sido, y siempre lo será.
- Entonces, ¿depende de algo la circunstancia en la que se encuentre?
- En parte, simples calificativos. Puede ser un pez de río, o un pez de mar. Puede ser un pez hembra o un pez macho. Puede ser un pez vivo, o un pez muerto. Pero siempre será un pez.
- Entonces existen cosas que están por encima de toda circunstancia. Existe un Todo, un concepto general.
- ¿Y quién nos marca con ese concepto? ¿Quién dice que yo debo ser persona y la planta debe ser planta?
-La naturaleza es sabia, pero a veces se equivoca. Y existen peces que no quieren ser peces, y vivos que quieren morir.
- Entonces, ¿la naturaleza nos odia?
- No. Porque siempre tienes opción de elegir, libremente, quién quieres ser. Tú decides estar aquí y no irte. Tú decides viajar desde tu pueblo hasta mi casa. Tú, y sólo tú, mientras otros eligen otras miles de opciones que, quizás, ni siquiera se te han llegado a ocurrir.
- ¿Yo? Pero, ¿quién soy yo? ¿Y qué me hace a mí ser quien soy?
- Esa es la pregunta más importante que puedes hacerte en tu vida. Una vez sepas quién eres tú, sabrás ocupar tu lugar en el mundo. Y en ese lugar, encontrarás la sabiduría, y en ese lugar encontrarás la felicidad. En ese momento, es cuando ves el Todo y a la vez ves sus pequeños Todos en un sólo vistazo. En ese momento, es cuando comprendes que el mundo cabe en una aguja de hilar. Sólo depende de lo alejado o lo cerca que te encuentres. Como el Sol, tantas veces más grande que tú, y, visto desde aquí, puede caberte en tu mano.
- ¿Todo depende entonces de cómo lo mires?
- Todo no. Porque el Sol seguirá siendo sol siendo grande o siendo minúsculo. Todo depende de la importancia que quieras darle.
- ¿Y qué es querer?
- Querer es libertad unida a deber. Sin libertad no puedes querer, porque te es obligado, y se convierte en simple deber. Sin deber tampoco quieres, puesto que sólo es libertad, y eres libre de hacer cosas que ni siquiera deseas, pero no sabes cuál es tu deber como persona y cómo debes de afrontarlas.
- Todo es demasiado complicado.
- Todo deja de ser complicado en el momento en el que seas capaz de ver en el mismo vistazo, la pintura en el lienzo y la obra en sí. Sólo en ese momento, empezarás a ver de verdad.
Twitter icon

desvaríos sobre probabilidad

1 estrellas fugaces

Dos. Tres.
Una taza de café.
Pasa página, calcula bien,
lo peor es el estrés,
cuando dicen ciento veinte
y tú tienes sólo seis.
Moneda. Bola. Urna.
escribiendo una U al revés
sacas doce porcentajes
plantando un árbol por los pies.

Twitter icon

historia de un astronauta

5 estrellas fugaces

Levanta los pies del suelo
en un viaje sideral.
Ve tu casa desde el cielo,
desde mi nave espacial.
Mira en la Tierra las luces
-es confeti de papel-
y ahora mira las estrellas
sujetas con un cordel.
Puedo tardar diez minutos
o ciento cincuenta años luz
no me importa cuánto cueste
si a mi lado viajas tú.
Levanta los pies del suelo
en un viaje sideral,
con mi pipa y tu sombrero
y trajes de papel albal.

Twitter icon

de salinas a murillo

0 estrellas fugaces

¿Dónde estás que no te veo?
No me esperes, ya llegué.
Te esperaré y te espero
No te marches
Quédate.
Cristal negro de colores
tu retrato en la pared
Ni te quise ni te quieto
¿No lo entiendes?
Te olvidé.
(Y si te echo de menos
es algo que no diré)

Twitter icon

en la mesa de ajedrez

0 estrellas fugaces

Mosquito muerto en parabrisas
Palabras necias.
Amén.
Necesito una botella de suspiros
Todo acaba
Sálvame.
Una piedra de mechero
Tres espejos de cristal
Estudiando sin esmero
Todo llega
Nada más.

Twitter icon

tu foto en blanco y negro en la pared

0 estrellas fugaces

Mató la copa de un trago,
la levantó,
y brindó consigo mismo.
Tanto tiempo apagado
y ahora vi tu sombra
en mi pasillo...
Visto desde un lado
no es mucho
sólo reflejo de tu brillo;
pero tantas veces te he soñado
que sonrío
al ver que estás vivo.

Twitter icon

cristina

0 estrellas fugaces

Cristina se fue al pozo
aguas vienen, aguas van.
Allí se encontró a un mozo
y empezaron a bailar.
Se regalaron dos besos
aguas vienen, aguas van
esperó al nuevo día,
pero él no volvió jamás.
Cristina esperó siempre,
aguas vienen, aguas van
esperando volver a verle
y poder juntos bailar
Y cuando el pozo se seca
ni agua viene ni agua va
son las lágrimas de ella
que no para de llorar.

Twitter icon

masoquismo

3 estrellas fugaces

Cristal empañado de vaho,
que me impide ver la luz.
Una vez dije 'te quiero',
ahora espero que lo hagas tú.
Lapicero sin punta
árbol sin raíz.
Una vez dije 'te quiero'
ahora espero un 'y yo a ti'

Twitter icon

literatura en tus ojos

1 estrellas fugaces

Como el loco a su locura
eres tú para mí
Sombreros de Miguel Mihura
infinitos con un fin.
¿Un pez sin agua es un pez?
¿Una misa sin cura es misa?
¿Una vida sin vivir es vida?
¿Sin sonrisa, es Mona Lisa?
Como el paraguas al suelo mojado
eres tú para mí
Soledades de Antonio Machado
infinitos con un fin.

Twitter icon

historia de amor en una caja de galletas

3 estrellas fugaces

Vamos al círculo polar
como peces de colores
Dame un tarro de cristal,
un jarrón para tus flores,
para guardar los momentos,
Abre y quédate dentro.
Podremos espiar a la luna
gritar al cielo un silencio,
bolsas de pipas con sal,
el amor se lleva dentro
de una caja de bombones
somos dos almas sin Dios
pero los ha habido peores.

Twitter icon

Como gárgolas en chartres

1 estrellas fugaces

Me siento de malas, y espero
con un helado en la mano
goteando por mis dedos
mojando las tejas del tejado.
Si levanto la mano puedo
hacer cosquillas a las estrellas.
Hay sitio para dos en Venus,
y polillas entre las piernas.
Cuarenta días. Cuarenta noches.
Cuarenta ladrones en esa cueva.
Cuarenta poesías, cuarenta letras
Cuarenta días, si tú esperas.
Y con un megáfono estelar
gritar al espacio infinito
si me quieres, si aún estas...
Los peces en el mar se pierden
(y en un suspiro te dice)
Por favor,
vuelve.

Twitter icon

Foto en blanco y negro

0 estrellas fugaces

Todo empezó antes de que empezara
un tiovivo dando vueltas, una foto de color.
Sonrisas de algodón de azúcar
Olor a petardos, sabor a canción.
Tus pisadas más grandes que mis pasos
enredaderas entre dedos de dos
un avión que rompe este silencio
lapiz de labios y luces de neón.
Veinticuatro de mayo, al año
antes de nada, permíteme empezar
yo no te quiero, ni nunca te he querido,
ni te soñé ni te quise soñar.
Escribo cartas en cuaderno de espiral
para enviarlas a Papá Noel
me pido un príncipe de esos que no destiñen
y vacaciones anticipadas en tu piel.
Tengo una estrella encerrada en un bote
casi no brilla, pero yo tengo fe
así la sigues y llegas a mi casa
como esos reyes que fueron a Belén.
Todo acabó antes de que acabara
y aunque lo sienta no pediré perdón...

Twitter icon

Confesiones de una almohada enamorada

0 estrellas fugaces

Siento en mi cabeza esa voz
que despereza la mañana
me impide respirar.
Siento aquellos pasos en la almohada
que ya no escucha nada.
Siento tu mirada acobardada
en una esquina de la cama
y me ayuda a despertar.
Siento tus latidos junto al mío,
que esta noche no hace frío
y no paro de temblar...

Twitter icon

La historia de la chica que cambió y quiso ser ella misma de nuevo

2 estrellas fugaces

Esta es la historia una chiquilla
ni alta ni baja, más bien delgada
vestida de princesa, pintada de locura,
(de esas que nunca destacan)
Cogió un avión para no volver más,
entre los labios palabras de amor.
Entradas del cine, beso en el portal
se cansó de esperar y voló
Dejó una despedida en la nevera
un café que no terminó
Cogió sus maletas, un euro en monedas
se cansó de esperar y voló.
Mordía la piruleta esperando en su cajón
al momento que le tocase ganar
calcetines impares, palomitas de dos
se cansó de esperar y voló
¿Que adónde fue, si puedo saber?
Dicen que la ven sonreír
Se dejó de llorar, se aburrió de morir
se cansó de esperar y voló.

Twitter icon

invierno en junio

1 estrellas fugaces

- Está lloviendo, ¿por qué no cierras la ventana?
- Nunca la he cerrado del todo, desde que me prometió que volvería.
- Wendy, han pasado treinta años desde que se fue Peter. Sabes que no volverá.
- Él prometió volver, y yo prometí esperarle.
- En fin, ¿aún quedan Coca-Colas?
- Mira en la nevera, si hay, están ahí.
- Sólo hay pingüinos; pingüinos y un muñeco de nieve. ¿Qué hace todo eso en tu nevera?
- Me prometió que vendría en Navidad. Por eso guardo nieve en la nevera. Porque así, aunque ya sea Junio, podremos fingir que es invierno.
- ¿Y si no vuelve jamás?
- En la tercera balda está guardado mi corazón, congelado. Así podré esperarle eternamente.
Twitter icon