Confesiones de una almohada enamorada


Siento en mi cabeza esa voz
que despereza la mañana
me impide respirar.
Siento aquellos pasos en la almohada
que ya no escucha nada.
Siento tu mirada acobardada
en una esquina de la cama
y me ayuda a despertar.
Siento tus latidos junto al mío,
que esta noche no hace frío
y no paro de temblar...

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