- ¿Volverás?
- Quizás mañana - se puso el abrigo.
- Odio la palabra quizás cuando sale de tus labios.
Él se encogió de hombros y siguió su camino hacia la puerta.
- Eres como un sueño - le susurró al oído, mientras él intentaba escaparse hacia el portal-. Siempre apareces por la noche en mi cama, y cuando despierto ya has desaparecido.
Una sonrisa amarga se escapó de los labios de aquella figura, que se alejaba hacia el ascensor. Finalmente, se volvió -con aparente indiferencia- y alzó en sus labios una sentencia:
- Lo que más seguridad da en un sueño es saber que no durará para siempre.

1 estrellas fugaces:
hi!!! hay un regalo en mi blog para ti, espero que sea de tu agrado!
Saluditos
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