la alcoba de wendy


John y Michael estaban peleando.
John quería ser mayor, como papá. Quería ganar mucho dinero, tener muchos zapatos y no sonreír nunca.
Michael, en cambio, quería luchar contra los indios y los piratas, buscar tesoros y volar con Peter Pan.
- Madura, Michael. Debes ser un hombre de provecho - dijo John, pintándose el bigote con un rotulador negro.
- ¿Madurar? ¿Qué es madurar? - preguntó Michael, con curiosidad.
- Madurar es hacer cosas de mayores. Como no jugar, como no reír, como no divertirse. Tener prisa siempre, y gritar a todo el mundo - respondió John, con aire de superioridad.
Yo sonreí desde mi escritorio, en la ventana, y pensé en las palabras de mi hermano.
Pero yo no estaba de acuerdo.
Madurar es jugar hasta romperte el pecho de reír, y saltar, y cantar, y jugar a que el suelo del baño está lleno de tiburones y tenemos que llegar a la bañera (digo... el bote, claro) para conseguir la espada para luchar contra los indios.
Para mí madurar es dormirme mientras me leen un cuento (aunque ese cuento sea el de mis apuntes de Selectividad), y decir que soñarás que jugamos al Quién es quién y así sabrás quién va a ganar antes de jugar
Es esconderme debajo de una mesa (o el fuerte indio, claro) y creer que ahí no me verá nadie, porque si yo no veo, no me ven a mí... y quitar las noticias de la tele para buscar los dibujos, que, aunque no me gusten, cantan canciones y tienen muchos colores
Madurar es dibujar en un papel todo lo que quieres, y después tirarlo para dibujar una cosa mejor, sin preocuparte de lo bonito que te quedó el dibujo anterior
No olvidar todos nuestros juegos de niños, nuestros sueños, nuestros deseos...
Madurar no es ponerse cobarta y jugar a ganar dinero, o a aprobar exámenes... Madurar es disfrutar con lo que haces, aunque no te guste... saber ver el juego en todo lo malo, y si no quieres ducharte, pensar que no es una ducha sino un mar lleno de sirenas, y si no quieres estudiar, imaginar que estás leyendo un cuento de hadas sin final feliz
Para mí madurar significa jugar a pintar el mundo de posibilidades de todos los colores, y saber elegir, no porque sea la más fácil, sino porque sea la que más me guste
Madurar no significa dejar de volar hasta Nunca Jamás
Madurar es poder viajar tantas veces como quieras, pero sin olvidar jamás a tu mamá y tu papá y todas las personas que te esperan en casa con una sonrisa en los labios

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1 estrellas fugaces:

Anónimo dijo...

Dios mío, es la primera vez que leo un texto sobre mi edad y no me siento vejado. La vida te lo pague, curandote a un tiempo de la melancolía y de tu soledad.

¡Enseña al hijo que deseas a elegir desde niño lo que le gusta y no lo más fácil!. Es decir, edúcale para cuando sea viejo.

un viejo sátiro

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