Atlas de ti (I)


Quizás no debiera pensar, y pienso
cómo debería de ser
perderme una noche en tu cuerpo
y amanecer en tu piel
como un paracaídas roto
caída libre a tu corazón
sintiéndome perder el sentido
vértigo, suspiro y voz.
Calor sin llama, llamada perdida
reclamando tu atención
es verano y tengo frío,
champán y vino para dos.
Quisiera tenerte, quisiera
perderme y encontrarte aquí
lagrimitas en los ojos
muchas ganas de reír.
Es difícil ver llover
a la vez que sale el sol
siendo cal para tu arena,
tú, mi frío y mi calor.
La distancia no es distancia
ni mil gotas hacen mar
sintiendo dormir contigo
y contigo despertar.
Si amanece, poco a poco
es que nunca va a perder
la paciencia, como un loco
la paciencia y el querer.
Quiéreme, digo, pido
y me quieres algo más
yo me quedo si sonríes
y te lloro si te vas.
Y no es poco, verso a verso
aunque poco es para mí
sintiendo perder mi vida
por hacerte sonreír.
Y ni gitanas, sirenas,
con sus labios de cristal
apartarán tu risa
de Madrid en tu mitad.
Mis pies a los tuyos, agua
y si quieres despertar
despierta y tenme contigo
yo no pido nada más.
Pulmón de tinta respira
kilómetros de papel
no servirían las letras
para olvidarte después.
Quédate, y si quedas vuela
pierde sin perderte en mí.
Esta espera son dos días
si me quieres y yo a ti.
Mil años, lunas, suspiros
podrán pasar, y da igual
reflejarme en tu mirada
y no queda nada más.
Y si silva, nada importa
y si tres o dos, da igual.
Un enano sin un circo
que te quiere sin parar.
Demasiadas las palabras,
demasiado el corazón.
Demasiado el sentimiento
para una almohada de dos.
Tu pecho, mi aire, sonrío
ya ha dejado de doler
tengo miedo del olvido,
del olvido del querer.
Ven, no importa, espera
quiéreme, no pido más.
Te quiero como te quise
y lo sabes, mucho más.
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