Vivirnos


Mariposas estelares
en un viaje interlunar
que destrozan tus andares
cuando miras hacia atrás
que un te quiero supo a poco,
que un silencio ya no es más
que trescientas mil palabras
entre olas en el mar.
Mojado el papel se quedan
las palabras destintadas
corriendo entre las líneas
de una boca desgastada,
perdiéndose entre impares
mientras tejo en tu mirada
una sonrisa que dice
que nunca temas por nada.
Como piezas de un parchís
en un mudo solitario
que no sabe si reír
que no sabe si contarlo
y no nos queda el pedir
un deseo a las estrellas
que esta noche sigo aquí
que esta noche es mi epopeya.
Piratas vendrán, dirás
piratas vendrán, y vienen
y no importa, pues se marchan
y a nuestro viaje entretienen,
más serán las primaveras
más los recuerdos felices
que las noches entre guerras
perdiéndome en tus raíces.
Y si miras hacia atrás
y la pena te consume
y si miras adelante
y no ves lo que nos une
sólo mira hacia tu lado,
junto a ti me encontraré
que no me importa el pasado
y el futuro ya lo haré
incapaces de sentirnos
partes de un mundo más grande
sintiéndonos como hormigas
entre huesos de gigantes.
Tú no temas, tú no llores
tú no pierdas la razón
que si me necesitas vengo,
que aunque no quieras, voy.
Puede que no lo entiendas,
no me importa, entenderás
cuando la luna se extienda
en mis ojos, mi mitad,
que me quieres como amigo
que me quieres algo más
que no importa, sólo digo
que a tu lado me tendrás.
Y si la noche es negra
y los monstruos de carbón
sólo susurra mi nombre,
dónde me quieras, voy.
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