Aire, sólo aire.


- Te echo de menos.
Dijo, mientras se miraba en el espejo. Sus rizos incontrolables se desbordaban por su frente, y ella intentaba calmarlos entre sus dedos. Últimamente no sólo sus rizos estaban desbordados, sino que cada una de las cosas de su vida habían saltado como un payaso en una caja de música. Sus peores miedos la acechaban entre las sombras, peor que mil leones con ganas de cazar, por lo intangible, por lo etéreo, por la imposibilidad de guardarlos en una jaula y no dejarles escapar nunca más.
Cerró su libro de cuentos y, buscando su zapato izquierdo debajo de la cama, se vistió para matar.
- ¿Volverás?
- Siempre vuelvo. Aunque muera, volveré. No se por qué, y últimamente me había prometido no hacerlo. Pero veo el lunar de tu espalda, y todo pierde consistencia.
Él se acarició su lunar a tientas, un simple punto en un mar de caricias, y sonrió con los ojos.
- Te quiero. Y tú, ¿tú me quieres?
- Claro que no te quiero. Nunca te querría.
Él se sentó en la cama, dejando que las sábanas se derritiesen por su cuerpo hasta las piernas, asomando un tatuaje bajo el ombligo.
- ¿Por qué mientes? Me quieres, por supuesto que me quieres. Sin mi no serías nada, sólo aire.
Ella sonrió mientras se pintaba los labios con un pincel quemado.
- Tú eres aire. Tú no existes. Tú sólo vienes en mis peores sueños. Tú eres mi imaginación, tú eres mis dedos en silencio. Tú eres agua que no moja, tú eres llanto sin lágrimas. No puedes poseerme, no puedes tenerme. Tú no eres nadie. Tú eres yo.
Y se fue, cerrando la puerta de tal manera que las paredes temblaron. Tras ella, él se desvaneció, como humo entre los labios.
Pero a la noche volvería. Volvería con cada luna cuando no tenga nada más que una botella de tequila para darle calor, y un par de suspiros para dormir.
Aire, sólo aire, porque era lo único que le quedaba para no perder la cordura. Twitter icon

1 estrellas fugaces:

D.A. dijo...

Estupenda confesión, también comienzo a seguirte por aquí...

Un saludo estridente !!!

Publicar un comentario